No es nada del otro jueves: cambio de aceite y filtro, colocar el volante en su posición de marcha y cambiar el tubito del agua del limpiaparabrisas que debe andar embozado. Luego lo típico: bujías, revisar pastillas de freno, agua (para el limpia), presión de los neumáticos, nivel de líquido de frenos, grasa para los palieres y sitios estratégicos, estado de tapizados y qué menos que una mano de agua y jabón para la carrocería. Otras cosas que ya no son tan necesarias sería la de bajar un poco la parte delantera del coche y elevar la trasera, pero ya digo, visto el poco tiempo de que dispongo en este momento es más que probable que se quede así hasta el viaje a Croacia dentro de dos años. Veremos si en ese tiempo soy capaz de hacer los ajustes.
En esta ocasión la reunión nos pilla relativamente cerca, salvo la de Alcañiz de hace cuatro años, la más cercana posible, en nuestra vecina Portugal. Llevo días leyendo y viendo fotos de gente que ya está de camino, incluso algunos afirman se han superado los 3450 inscritos, cosa que anima y al mismo tiempo preocupa por aquello del sitio y de las infraestructuras del lugar. Pero bueno, como dicen otros: los vecinos portugueses tienen experiencia en estos asuntos.
A Torun (Polonia) fuimos prácticamente sólos mi mujer y yo en el Charleston. En esta ocasión hemos quedado en partir juntos desde Sagunto en tres vehículos con mecánica casi idéntica: Ximo y su familia, Juan Francisco y los suyos y mi mujer y yo. La idea inicial es la de salir tempranito el 25 de julio para aprovechar el fresco de la mañana y recorrer sin prisas pero sin pausas una buena tajada de kilómetros antes de que el calor haga incómoda la marcha. No hemos hablado de detalles ni de horarios, pero no creo que sea difícil llegar a consensos a la hora de elegir rutas, velocidades e incluso momentos y lugares de parada, porque lo que si tenemos claro es que vamos a disfrutar todo lo que podamos de un estupendo viaje en Citroën 2Cv.
Otra cosa que también tenemos clara es el objetivo final de ese día, el alojamiento para la noche del 25 de julio. No es que no se pueda hacer de un tirón los 900 y pico que hay de distancia, pero hacer una paradita a mitad de camino, o un poco más, para disfrutar de comidas distendidas y sin la presión del camino por recorrer, la verdad, es de agradecer.
También es hoy el día para echar mano de la lista de todo lo que hay que llevar para que, por lo menos, se olviden las menos cosas posibles y, lo que es lo mismo, llevemos en el coche cosas que no vamos a usar en todo el viaje. Llegados a este punto siempre salta la duda cebada en el escarmiento: ¿hará frío o calor?¿tendrá agujeros la tienda de campaña?¿se desinflará la colchoneta como la última vez?¿habrá mosquitos?¿deberemos llevar comida suficiente y una caja de "porsiacasos"?¿repuestos y herramientas? ufffff... ¿y si improvisamos un poco? Al fin y al cabo es un viaje trufado de aventura. Hay que confiar en la mecánica, pero si algo se estropea se arregla y si no es posible arreglar, pues se echa mano de la asistencia en carretera.
La cuestión es que ya hemos dado la ultima vuelta al relój de arena y su contenido desciende cada vez más rápido por el estrecho ecuador entre las dos semiesferas. Es el momento de ponernos un poco nerviosos.